Soy débil y eso es bueno, no soy fuerte y eso no es malo
- Jair Molina
- 27 mar 2017
- 2 Min. de lectura

2 Cor. 12:9
Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.
Levantando su puño cerrado al cielo decía -¡me rindo! no puedo hacerlo-, mientras lloraba por la impotencia que representaba su situación.
Ricardo había comenzado una vida de alcoholismo en el colegio, al principio era solo por curiosidad, tu sabes, cosas de la juventud, pero al morir su padre a quien amaba demasiado, el alcohol se convirtió en algo mucho más que un pasatiempo, se convirtió en su refugio. Y a pesar de que habían pasado 8 años desde la muerte de su padre, el vicio ya era su aliado y compañero, su tormento y veneno.
Puede que tengamos o no un vicio tan visible como Ricardo, sin embargo eso no significa que no tengamos un problema constante como cristianos. Versos antes Pablo explica que tiene un aguijón que le recuerda su debilidad y su fragilidad como ser humano, varios teólogos concuerdan en que, tenía secuelas después de su encuentro con Jesús, que le dejo ciego por varios días. Este recordatorio en su vida le ayudaba a no jactarse ni creerse más de lo que era, además que le llevaron a comprender la gracia de Dios de una manera particular.
Para comprender esto volveremos con Ricardo, llorando en una esquina sabe que su problema va más allá de su fuerza de voluntad, su cuerpo le exige alcohol, y no encuentra lugar alguno en sí mismo que le ayude a dejar esta situación.
Esta impotencia es el grito desesperado de un hombre, que ha tratado en sus fuerzas librarse de las cadenas, y es precisamente así nuestra situación con el pecado, incluso podríamos enumerar las luchas que tenemos día a día:
No puedo tratar a mis hijos con amor
Soy preso de la pornografía
Me gusta mentir
Odio mi cuerpo
Trato mal a los demás
Soy egoísta
Tengo vicios
La lista puede seguir y seguir, si comenzaste con tu lucha por agradar a Dios y dejar todo esto que no le agrada, entonces sabrás lo difícil que es lograr dejarlo.
Y por esto mismo debemos aprender esto; «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad» el punto de esto es en quien confías para superar estos problemas que tienes con el pecado. ¿Es en ti mismo? O es en Dios.
Pablo entendió que no se trataba de cuan fuerte o sano podría estar, Dios era quien lo utilizaba a pesar del problema con sus ojos, así que si algo lograba era porque Dios lo hacía a través de él, si vamos a lograr vencer el pecado día a día será solamente por la gracia que Dios nos da para poder lograrlo.
Entonces diremos; somos débiles y eso es bueno, por que si algo soy, si algo logro o algo puedo, es porque Dios me da siempre la fuerza necesaria para alcanzarlo, no somos fuertes y eso no es malo, por que el poder de Dios actuara mejor en nuestra debilidad.
Este fue el #DevoDiario, aprovecha el día y abre tu Biblia habla con Dios, que tengas una gran semana.
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